Clase 6. (30 agosto) Liderazgo y delegación de funciones
Uno de los grandes retos al que nos enfrentamos cuando lideramos un grupo de personas es, sin lugar a dudas, el proceso de delegación de funciones.
Dicho proceso es clave en el crecimiento personal y profesional de nuestros colaboradores; sin embargo: ¿Qué tan eficaz es la delegación de funciones en las organizaciones? ¿Cómo influye la cultura de la organización en este proceso?
A continuación detallo algunos asuntos a considerar y que podrían resultar de utilidad en el proceso de delegación de funciones en nuestras organizaciones:
• Formarse y prepararse para asumir las responsabilidades: las reglas de juego deben ser claras para el delegado y debemos asegurarnos que éste último cuente con los medios necesarios para decidir, tales como previa experiencia, accesibilidad a las fuentes de información, entre otros, a partir de la definición de objetivos y tareas a realizar.
• Delegar de forma efectiva: la razón, voluntad y decisión, son factores que nos llevan a ubicarnos en un punto medio que da entrada al término de “delegar”. La delegación implica dar autonomía, autoridad y responsabilidad a una persona. Delegar no es ordenar, no se debe confundir el dar una orden con imponer o ser prepotente. Es importante cuidar nuestro temperamento o actitud al momento de delegar funciones. Un delegado no solo debe sentirse responsable con la toma de decisiones, sino además debe sentir total comodidad y libertad para decidir lo que crea conveniente, de lo contrario limitaría su iniciativa, y en consecuencia su desarrollo y crecimiento en la organización.
• Delegar no es trasladar la responsabilidad de la decisión: En un proceso de delegación hay dos responsables: la persona que delega y el delegado. El éxito de la decisión del subordinado será también el éxito del superior; de la misma manera, si el delegado fracasa, quien delegó asumirá también su responsabilidad.
• Limitarse al momento de la decisión: Es necesaria la ayuda y apoyo del superior que delega al plantear el problema y/o al identificar alternativas que analicen posibles planes de acción. Sin embargo, al momento de decidir, es tarea del delegado llevar a cabo la acción. Si el jefe interviene en la decisión, el proceso de delegación no se habría completado de forma adecuada.
• Cuidar la poca tolerancia al riesgo en las organizaciones: La decisión de delegar se verá naturalmente inhibida en organizaciones con cultura sancionadora y poco tolerantes al error. Es difícil aceptar los posibles errores que se puedan presentar de parte del subordinado. Sin embargo, se debe tener cuidado con este tema pues sancionar todo error pondrá límites a la innovación y creatividad en las personas, lo que traerá inevitablemente un estancamiento de la organización, en cuanto a su crecimiento. Tratemos de asumir los errores de nuestros delegados como propios, y acompañemos y compartamos asesorías con ellos para identificar sus fallas en el proceso y realizar una corrección a dichos errores.
El proceso de delegación de funciones es clave y decisivo en el desarrollo personal y profesional de quienes conforman una organización. Su éxito depende de la formación de líderes autónomos y capaces de tomar decisiones razonadas que consideren todas las variables, aristas, beneficios y consecuencias que plantea un problema, y, sobre todo, que asegura la continuidad exitosa de una organización.
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Se iniciara la clase resolviendo un caso practico, en base al resultado se partirá con el tema https://www.youtube.com/watch?v=OBswjKglizA&t=94s